Escritoras argentinas: a cada Eva su manzana
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Si en Oriente el erotismo ha sido un componente esencial en el desarrollo del espíritu y eso se vislumbra en textos sagrados como el Kama-Sutra, el Aiharva-Veda y el Bhagavard-Gita, en Occidente, por el contrario, el goce de la carne y la prédica de los placeres ha sufrido sucesivas y reiteradas censuras, graduadas a tono con la época. En su Historia de la sexualidad , Michel Foucault observa que se ha escrito sobre el sexo para encausarlo y reglarlo, haciendo del cuerpo humano un espacio de dominio político. En el capítulo del primer volumen «Nosotros, los vicorianos», Foucault señala una paradoja, lo que él llama «el beneficio del locutor »: Si el sexo está reprimido, es decir, destinado a la prohibición, a la inexistencia y al mutismo, el solo hecho de hablar de él, y de hablar de su represión, posee como un aire de transgresión deliberada. Quien usa ese lenguaje hasta cierto punto se coloca fuera del poder; hace tambalearse la ley; anticipa, aunque sea poco, la libertad futu