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Mostrando las entradas de octubre, 2022

La hormiguita viajera

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  Hace unos cinco o seis años compré en la Feria del Libro de Buenos Aires un ejemplar de La hormiguita viajera de Constancio C. Vigil. Es la edición de 2007 de la Editorial Atlántida, con ilustraciones de Alejandro Fried y Juli Quinley. Pero dudé bastante antes de pasar por la caja. ¿El motivo? Con solo ver la tapa y sin que fuera necesario abrir el libro para corroborarlo, por el estilo de las imágenes, tenía la certeza de que no era la misma edición que atesoraba en mi memoria. Luego, buscando en Internet, di con las imágenes del libro que leí y releí cuando era niña. Posiblemente perdí ese libro tan querido en alguna mudanza de mi familia. Recuerdo que me lo había regalado para un cumpleaños alguna invitada o invitado, alguno de mis amigos o compañeros de colegio. Recibir y regalar libros para los cumpleaños era mucho más frecuente de lo que es ahora, tan usual como el propósito de armar una biblioteca en la casa con libros comprados a los vendedores a domicilio, que recorrían

Natalia Ginzburg: «Mi oficio es escribir historias»

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No me importa nada lo que hagan los otros escritores. Entendámonos: yo sólo puedo escribir historias. Si intento escribir un ensayo de crítica o un artículo de encargo para un periódico, lo hago bastante mal. Lo que escribo entonces tengo que buscarlo fatigosamente fuera de mí. Puedo hacerlo algo mejor que estudiar un idioma extranjero o hablar en público, pero sólo algo mejor. Y tengo siempre la impresión de engañar al prójimo con palabras que tomo prestadas o que robo aquí y allá. Y sufro y me siento exiliada. Por el contrario, cuando escribo historias soy como alguien que está en su tierra, en calles que conoce desde la infancia, y entre muros y árboles que son suyos. Mi oficio es escribir historias, cosas inventadas o cosas que recuerdo de mi vida, pero, en cualquier caso, historias, cosas en las que no tiene nada que ver la cultura, sino sólo la memoria y la fantasía. Este es mi oficio, y lo haré hasta mi muerte. Natalia Ginzburg , «Mi oficio» Si bien Le piccole virtú (1962