Las mil y una noches

 

 

 
Esta es la historia del rey Sahriyar y Sahrazad, de las mil y una noches en que la imaginación les gana la batalla al rencor y a la venganza. Genios, reyes y princesas, objetos mágicos, ciudades misteriosas, grandes aventureros, pescadores y mercaderes, palacios increíbles, ladrones y vasallos, todos se dan cita en estos cuentos de origen árabe y de autor anónimo, que dieron lugar a innumerables versiones. Entre ellas, la de Juan Vernet, una de las más reconocidas y en la que se basa esta adaptación de Graciela Gliemmo para los más chicos. 
 
 
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PRÓLOGO: UN LIBRO Y MILES DE HISTORIAS

Las mil y una noches es, tal vez, el libro del que se han escrito más versiones y del que se han desprendido más relatos que se volvieron, con el tiempo, autónomos y consiguieron una circulación independiente de la obra primigenia. Muchos de estos cuentos, incluso, se han publicado y son conocidos a la vez con distintos nombres. De varios circulan versiones infantiles, muy diferentes de sus respectivas versiones originales, como es el caso, entre otros, de «Aladino y la lámpara maravillosa», «Sindbad el marino» o «Alí Babá y los cuarenta ladrones», popularizados con estos títulos.

Podríamos decir, en este sentido, que Las mil y una noches es uno de los libros más generosos y hospitalarios de la literatura universal, porque alberga un semillero de relatos que han alimentado la imaginación de muchas generaciones de niños, jóvenes y adultos de todo el mundo, y que ha despertado en buena parte de ellos el placer de la lectura y las ganas de conocer más sobre los pueblos y las civilizaciones.

Dando marco a todas las historias, además, se desgrana noche tras noche la narración del desencanto y la recuperación de la esperanza del rey Sahriyar, que ha sido víctima de una traición amorosa. Y aparece aquí el diamante que esconde en sus páginas Las mil y una noches: la capacidad narrativa de Sahrazad, que es una excelente y ávida lectora, no solo le devuelve la fe y la confianza al monarca, sino que le permite a la propia Sahrazad salvar su vida y la de otras jovencitas como ella, porque gracias al poder del lenguaje y de la literatura, cada relato le regala un día más de vida. Sahrazad impone su lógica no por el uso de la fuerza ni por sus encantos femeninos, sino mediante el artilugio del relato, que inmoviliza y desarma al enemigo, y deja en suspenso la violencia del rencor y de la venganza.

Aunque se ha investigado y discutido mucho sobre los orígenes, versiones y autoría de Las mil y una noches, prevalece la opinión de aceptar que estas historias tienen una raíz oral, son de autor anónimo y fueron dadas a conocer en el mundo occidental a partir de la versión francesa del orientalista francés Galland, realizada durante el reinado de Luis XIV. Como señala Juan Vernet, responsable de una de las mejores traducciones al español que se han hecho hasta el momento, Las mil y una noches fueron apreciadas verdaderamente por el pueblo que les dio forma luego del éxito que obtuvo la obra en Europa.

Como ya señalamos, los títulos de algunas historias presentan diferencias en las distintas versiones. Lo mismo ocurre con los nombres de algunos personajes y con el orden en que se insertan los diversos cuentos. Esta adaptación conserva el espíritu, el ritmo original, el tono de los distintos narradores y personajes, los nombres y el orden en que aparecen las historias según la versión de Juan Vernet. Para el caso particular de la versión de «Historia del árbol que canta, del pájaro que habla y del agua de color oro», también conocida como «Farizada la de la sonrisa de rosa», que no está incluida en la traducción de Juan Vernet, hemos seguido la traducción de Vicente Blasco Ibáñez.

Buenos Aires, febrero de 2009

 

Las mil y una noches (adaptación y prólogo Graciela Gliemmo; ilustraciones Ana Sanfelippo), Buenos Aires, Planeta Lector, 2010.

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