Carlos Correas: Arlt literato

 


Para acercarse a un escritor, a su obra, pueden escribirse innumerable cantidad de páginas, en la creencia de que existe una verdad última del objeto, o aproximarse a algún aspecto que se considere relevante. Este contraste se observa particularmente en torno a la figura de Roberto Arlt, al que la crítica argentina vuelve una y otra vez. Los

respectivos libros de Oscar Masotta, Horacio González, José Amícola, Jorge Rivera conviven con las breves referencias en capítulos, artículos y hasta pinceladas sobre las escuelas de vanguardia, la modernidad o la historia de una literatura nacional en libros de Francine Masiello, Beatriz Sarlo, Noé Jitrik, Noemí Ulla o David Viñas. En todo este conjunto, y no fuera de él, se ubica Arlt literato de Carlos Correas, un extenso estudio que no deja de exhibir su afán totalizador y un impulso que lo lleva a desacreditar sin justificación otras interpretaciones.

Con un plan unitivo, cada capítulo y muchas de las notas al pie van mostrando un recorrido coherente sobre la obra de Arlt. En este sentido, es evidente la dimensión del trabajo que ha realizado Coreas, que remite tanto a la novelística como al teatro de Arlt y a su intensa labor periodística. Este gesto se eclipsa ante el tipo de diálogo que el crítico sostiene con la producción arltiana y, fundamentalmente, con el resto de la crítica de la que, quiera o no, es deudor. Se vuelve muy evidente el sistema de reconocimientos y omisiones que Correas instala en su libro: se revelan las marcas de textos filosóficos (Sartre, Heidegger, Kierkegaard, Spinoza), la inclusión de otros escritores y estudiosos que retoma o bien descalifica (José E. Clemente, Oscar Masotta, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Eduardo Mallea, etcétera) y el silenciamiento sobre las ideas del resto de los críticos con los que discute a medias, porque no particulariza ni se juega en abrir una polémica efectiva. Las notas sostienen estos interrogantes a través del uso de denominaciones generalizadoras: «cierto sector de la crítica», «los críticos», «determinada crítica», «nuestro crítico». Es llamativo este rasgo porque, por otra parte, Correas no ahorra adjetivos y no tiene ningún empacho en juzgar «despreciable» o «mediocre» alguna producción, y atribuirle ignorncia o complcencia tanto a escritores como a críticos.

Ciertas correspondencias retrotraen su libro a planteos bastante superados: se identifican autor, personajes y lectores, en una fusión a partir de un «nosotros» que lo lleva a borrar las distancias entre la realidad y el lenguaje, así como las múltiples y diversas lecturas que todo texto abre. Por este juego discursivo en el que se eliminan las diferencias por homologación u omisión, el autor tiende a psicologizar elementos de la ficción y a adivinar una complicidad con un lector, al que solo le queda consentir fielmente o rechazar esta lectura, tras las reglas de una posición muy poco tolerante, que parece no dejar espacio para la disidencia.


Ensayo.
Carlos Correas: Arlt literato.
Buenos Aires, Atuel, 1996, 348 páginas.


Reseña publicada con el título «Limitaciones de un ensayo polémico», en El Cronista, Buenos Aires, viernes 25 de abril de 1997.


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