Jonathan Kandell: La capital. La historia de la ciudad de México
La ciudad de México ha hechizado a estudiosos, turistas furtivos que la recorrieron, exiliados. Cada vez menos transparente su aire en el último siglo, ha provocado la publicación de notas, crónicas, novelas, ensayos de enamorados extranjeros. Entre ellos, John Reed y Malcolm Lowry nos han dejado sus frescas y conmovedoras impresiones. Jonathan Kandell, que se crio en la colonia de San Ángel, hijo de expatriados norteamericanos, inicia su historia sobre la capital mexicana desde el recuerdo nostálgico de lo que fue la vida en ese punto semiurbano hacia 1950: la práctica cotidiana de la siesta, la escasez de automóviles, la hermosa vista desde la ventana de su cuarto. Los años sesenta abren la explosión de una ciudad superpoblada, con serios problemas de contaminación y pobreza.
Ambicioso por su espíritu abarcador y por ello mismo un tanto difuso en sus contenidos y abordaje, La capital arranca con ese contraste entre una y otra década y se remonta luego a la etapa prehistórica, en la que se sitúa un conjunto de supuestos sobre la formación del Valle de México y sus primeros habitantes. La comparación poco pertinente entre la antigua civilización azteca y el grado de desarrollo y agonía de Mesopotamia, Egipto, India, China, así como la hipótesis sobre la posibilidad de otro final ante la llegada de Cortés, si otro hubiese sido el «perfil psicológico» de Moctezuma, tiñen el acopio de datos sobre la etapa prehispánica.
Centrándose en momentos históricos significativos, el libro intenta delinear los diferentes rostros de la ciudad, desde Tenochtitlán hasta la actual megalópolis. La consolidación del poder hispano, la ciudad del siglo XVIII, el porfiriato y la celebración del centenario, la revolución, el inicio de una faceta moderna y los sucesos del 68 son los núcleos por los que la investigación avanza, entre la crónica y el ensayo. El autor practica con mayor desenvoltura el estilo de cronista al recrear las características urbanas y reactualizar las marcas que en el tiempo hicieron de la capital mexicana una ciudad tanto real como mítica. Pero al detenerse en exceso en las figuras históricas, anécdotas, gobernantes, se desvía del objetivo que el propio título promete: la ciudad parece ser un marco, un escenario en el que se actúa la historia general de todo un país.
El texto es entretenido, contiene abundante información para los que se inician en el tema, pero habría sido de sumo valor una mayor referencia a la evolución arquitectónica de la ciudad; sus modos de vida; los códigos que la diferencian de las otras ciudades y provincias del territorio; los registros literarios, pictóricos y musicales de las épocas que Kandell estudia, así como los testimonios que muchos viajeros han escrito sobre la capital de México.
Reseña publicada con el título «Una ciudad, un país», en Cultura y Nación de Clarín, Buenos Aires, jueves 1 de noviembre de 1990.